México eficiencia energética
Población rural (% de la población total): Se refiere a las personas que viven en zonas rurales según la definición de las oficinas nacionales de estadística. Se calcula como la diferencia entre la población total y la población urbana.
PIB (US$ actual): Es la suma del valor bruto añadido por todos los productores residentes en la economía más los impuestos sobre los productos y menos las subvenciones no incluidas en el valor de los productos. Se calcula sin hacer deducciones por la depreciación de los activos fabricados ni por el agotamiento y la degradación de los recursos naturales.
Importaciones de energía netas (% del uso de energía): Se calcula como el uso de energía menos la producción, ambos medidos en equivalentes de petróleo. Un valor negativo indica que el país es un exportador neto. El uso de energía se refiere a la utilización de energía primaria antes de su transformación en otros combustibles de uso final, que es igual a la producción nacional más las importaciones y los cambios de existencias, menos las exportaciones y los combustibles suministrados a los buques y aeronaves dedicados al transporte internacional.
México es el 14º país más grande del mundo y el 11º por población. La economía mexicana es la duodécima del mundo por PIB (PPA) y la segunda de América Latina.[1] Sin embargo, bajo la brillante superficie de las cifras, la realidad suele ser más complicada. Un elevado coeficiente GINI refleja una mala distribución de la renta, en la que el 10% de los hogares más ricos obtienen el 34% de los ingresos, casi lo mismo que el 65% de los más pobres[2]. Por debajo de la tasa oficial de empleo del 95%, el subempleo podría alcanzar el 28%[3] y por debajo de la tasa de alfabetización del 92%, un analfabetismo funcional según la amplia definición de la UNESCO incluiría al 29% de la población[4].
Rejilla mexicana
Sonora se encuentra a lo largo de la frontera con Arizona, lo que la convierte en una ubicación estratégica para los fabricantes interesados en mover mercancías rápidamente hacia Estados Unidos y Canadá. Si a esto se le suman las hermosas playas y los puertos de aguas profundas a lo largo del Golfo de California, es fácil ver por qué la ubicación por sí sola podría convencer a los fabricantes de echar un vistazo a Sonora.
Si usted está pensando en invertir en México y Sonora es uno de los estados que está considerando, a continuación, vamos a explicar cómo se puede preparar mejor su lanzamiento para maximizar los beneficios que este estado tiene para ofrecer.
Sonora alberga una población de más de 3 millones de personas y una importante población manufacturera. A partir de 2017, Sonora contribuyó con 28 mil millones de dólares al PIB de México, gran parte de eso atribuible a su sector más grande, la manufactura (26,8% a partir de datos de 2016).
Ese sector comenzó su historia como un centro de fabricación de automóviles cuando la planta de estampado y ensamblaje de Ford se estableció en Hermosillo en la década de 1980. Ese foco en Ford no ha hecho más que aumentar en los últimos meses, cuando Ford lanzó el ensamblaje de su Bronco Sport, cuyo diseño fue dirigido por ingenieros mexicanos. Sin embargo, la presencia de Ford también ha atraído a una extensa cadena de suministro y a nuevas industrias deseosas de beneficiarse de una infraestructura establecida en una ubicación central.
De dónde obtiene México su gas
Un acuerdo de compra de energía establece los términos de un acuerdo bilateral en el que una organización compra energía a otra. Los principales elementos de un acuerdo de compra de energía incluyen el precio de la capacidad, el precio de la energía (básicamente, el coste marginal de la electricidad) y el número de años que durará.
Ambas partes se benefician de los PPA. Los promotores reducen el riesgo de los proyectos gracias al flujo de caja estable del CCE, mientras que los consumidores, normalmente grandes industrias, se benefician de 1) el bloqueo de los precios de la energía a una tasa de descuento, 2) la protección frente a las fluctuaciones de los precios y la volatilidad de los costes de explotación, y 3) la demostración a los reguladores gubernamentales de que tienen un compromiso a largo plazo con las energías renovables y/o cumplen con las políticas de energías renovables.
En México, muchos acuerdos de compra de energía son entre empresas. Por ejemplo, un productor privado de energía limpia puede venderla a un fabricante de automóviles. En gran parte del mundo, el acuerdo más común es que una central eléctrica privada venda electricidad a una empresa estatal. En México, el mercado es mucho más flexible. Por ejemplo, una filial de la empresa estatal de servicios públicos vende energía a empresas privadas. Los acuerdos de compra de electricidad en México también suelen incluir la energía sostenible.
Empresas energéticas de México
Como exige la Constitución, el sector eléctrico es de propiedad federal, con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) controlando esencialmente todo el sector; la participación privada y las empresas extranjeras sólo pueden operar en el país a través de contratos de servicios específicos. Los intentos de reformar el sector se han enfrentado tradicionalmente a una fuerte resistencia política y social en México, donde las subvenciones a los consumidores residenciales absorben importantes recursos fiscales.
El sector de la electricidad en México depende en gran medida de las fuentes térmicas (75% de la capacidad total instalada), seguido de la generación hidroeléctrica (19%). Aunque la explotación de los recursos solares, eólicos y de biomasa tiene un gran potencial, la energía geotérmica es la única fuente renovable (excluyendo la hidroeléctrica) con una contribución significativa al mix energético (2% de la capacidad total de generación). Los planes de expansión para el periodo 2006-2015 estiman la adición de unos 14,8 GW de nueva capacidad de generación por parte del sector público, con un predominio de los ciclos combinados.