Impacto de las energías renovables
Durante más de un siglo, la quema de combustibles fósiles ha generado la mayor parte de la energía necesaria para propulsar nuestros coches, alimentar nuestras empresas y mantener las luces de nuestros hogares. Incluso hoy en día, el petróleo, el carbón y el gas cubren aproximadamente el 80% de nuestras necesidades energéticas, y estamos pagando el precio. El uso de los combustibles fósiles para obtener energía ha supuesto un enorme coste para la humanidad y el medio ambiente, desde la contaminación del aire y el agua hasta el calentamiento global. Eso sin contar con todos los impactos negativos de los productos derivados del petróleo, como los plásticos y los productos químicos. A continuación, se explica lo que son los combustibles fósiles, lo que nos cuestan (más allá de la cartera) y por qué es hora de avanzar hacia un futuro energético limpio.
El carbón, el petróleo crudo y el gas natural se consideran combustibles fósiles porque se formaron a partir de los restos fosilizados y enterrados de plantas y animales que vivieron hace millones de años. Debido a sus orígenes, los combustibles fósiles tienen un alto contenido en carbono.
Gas (natural) fraccionadoCompuesto principalmente por metano, el gas fraccionado se considera generalmente convencional o no convencional, dependiendo de dónde se encuentre bajo tierra. El gas convencional se encuentra en lechos de roca porosa y permeable o mezclado en yacimientos de petróleo y se puede acceder a él mediante una perforación estándar. El gas no convencional es esencialmente cualquier forma de gas que es demasiado difícil o costoso de extraer mediante la perforación normal, y que requiere una técnica especial de estimulación, como la fracturación hidráulica (fracking).En Estados Unidos, el desarrollo y el perfeccionamiento de procesos como la fracturación hidráulica han contribuido a que el país sea el primer productor mundial de gas desde 2009, y también el mayor consumidor. Abundante en Estados Unidos, el gas produce el 38% de las necesidades energéticas del país y es la mayor fuente de energía para la electricidad. Las previsiones apuntan a que se convertirá en una parte aún mayor de la combinación energética estadounidense, lo que amenaza con agravar la contaminación del aire y el agua.
Reducir el consumo de energía
La generación de electricidad con bajas emisiones de carbono podría ayudar a satisfacer la demanda y reducir los efectos del cambio climático. Pero las nuevas tecnologías podrían crear nuevos problemas medioambientales. Este informe ayuda a tomar decisiones informadas sobre las tecnologías energéticas, las infraestructuras y la combinación óptima.
El aumento de la demanda de energía y los esfuerzos para combatir el cambio climático exigen un aumento significativo de la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono. Sin embargo, ha surgido la preocupación de que la rápida inversión en algunas tecnologías novedosas pueda causar una nueva serie de problemas medioambientales. El informe del Panel Internacional de Recursos (IRP) Green Energy Choices: The Benefits, Risks and Trade-Offs of Low-Carbon Technologies for Electricity Production pretende ayudar a los responsables políticos a tomar decisiones informadas sobre las tecnologías energéticas, las infraestructuras y la combinación óptima.
Las conclusiones del informe muestran que, en comparación con el carbón, la electricidad generada por la energía hidroeléctrica, eólica, solar y geotérmica puede suponer una reducción sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero (en más de un 90%), y también de los contaminantes perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas (entre un 60% y un 90%). La captura y almacenamiento de dióxido de carbono de las centrales eléctricas de combustibles fósiles reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70%, pero aumentará la contaminación perjudicial para la salud humana y los ecosistemas entre un 5% y un 80%.
Implica el uso de la energía de forma que no afecte negativamente al medio ambiente
Los problemas energéticos y medioambientales están estrechamente relacionados, ya que es casi imposible producir, transportar o consumir energía sin un impacto medioambiental significativo. Los problemas medioambientales directamente relacionados con la producción y el consumo de energía incluyen la contaminación atmosférica, el cambio climático, la contaminación del agua, la contaminación térmica y la eliminación de residuos sólidos. La emisión de contaminantes atmosféricos procedentes de la combustión de combustibles fósiles es la principal causa de la contaminación atmosférica urbana. La quema de combustibles fósiles es también el principal contribuyente a la emisión de gases de efecto invernadero. Diversos problemas de contaminación del agua están asociados al uso de la energía. Uno de ellos son los vertidos de petróleo. En todas las operaciones de manipulación del petróleo, existe una probabilidad finita de derramar petróleo en la tierra o en una masa de agua. La minería del carbón también puede contaminar el agua. Los cambios en el flujo de las aguas subterráneas producidos por las operaciones mineras suelen poner en contacto las aguas, que de otro modo no estarían contaminadas, con ciertos materiales minerales que se lixivian del suelo y producen un drenaje ácido de la mina. Los residuos sólidos son también un subproducto de algunas formas de uso de la energía. La minería del carbón requiere la extracción de grandes cantidades de tierra y de carbón.
Energía y medio ambiente
El sistema eléctrico estadounidense actual es una compleja red de centrales eléctricas, cables de transmisión y distribución y usuarios finales de electricidad. En la actualidad, la mayoría de los estadounidenses reciben su electricidad de centrales eléctricas centralizadas que utilizan una gran variedad de recursos energéticos para producirla, como el carbón, el gas natural, la energía nuclear o recursos renovables como el agua, el viento o la energía solar. Este complejo sistema de generación, suministro y usuarios finales suele denominarse red eléctrica.
La electricidad en Estados Unidos se genera utilizando diversos recursos. Los tres más comunes son el gas natural, el carbón y la energía nuclear. Algunas de las fuentes de mayor crecimiento son los recursos renovables, como la eólica y la solar. La mayor parte de la electricidad estadounidense se genera en centrales eléctricas centralizadas. Una cantidad mucho menor pero creciente de electricidad se produce a través de la generación distribuida: una variedad de tecnologías que generan electricidad en el lugar de uso o cerca de él, como los paneles solares in situ y la cogeneración de calor y electricidad. Más información sobre la generación centralizada y distribuida.