¿Qué tipo de energía utiliza un coche?
Los trolebuses eléctricos son vehículos con ruedas de goma con motores alimentados por la electricidad de los cables aéreos. El término “trole” se refiere a los postes del techo del autobús que se utilizan para transmitir la electricidad de los cables aéreos.
Aunque su funcionamiento puede ser menos flexible que el de los autobuses de motor, los trolebuses son más eficientes energéticamente, mucho más silenciosos y mucho menos contaminantes. Funcionan mejor en las colinas, requieren menos mantenimiento y son más duraderos que los autobuses de motor.
Los trolebuses modernos disponen de una batería que les permite desplazarse sin cables y rodear cualquier cosa que bloquee su camino, como una excavación o una feria callejera. El uso de trolebuses se limita generalmente a las líneas en las que una frecuencia de servicio lo suficientemente alta puede justificar el gasto de la instalación del sistema de energía eléctrica y los costes del vehículo.
El Muni de San Francisco tiene la mayor flota de trolebuses de todas las agencias de transporte de Estados Unidos y Canadá. Los trolebuses de Muni (al igual que los tranvías y los teleféricos) son casi totalmente libres de contaminación, ya que su energía eléctrica procede del sistema hidroeléctrico Hetch Hetchy Water and Power de la ciudad.
Transformación energética de un autobús
El Gran Autobús Escolar Amarillo apareció por primera vez en la escena del transporte de Estados Unidos en 1939 y desde entonces se ha convertido en un símbolo icónico de la vida americana. Cantamos sobre ellos en las rimas infantiles y los esperamos con expectación durante el curso escolar. Hasta ahora, estos autobuses amarillos de caja tenían un único propósito: transportar a los niños de forma segura. ¿Y si estos autobuses tuvieran una doble función?
Aunque los autobuses escolares se han vuelto más limpios a lo largo de los años, la mayoría sigue funcionando con gasóleo, emitiendo por sus tubos de escape contaminantes atmosféricos que son especialmente perjudiciales para los niños. Además, los gases de escape del diésel contienen gases de efecto invernadero (GEI) que calientan el clima. La buena noticia es que los autobuses escolares disponen hoy de una tecnología avanzada que reduce drásticamente la contaminación. Ahora pueden funcionar con electricidad, al igual que algunos de los coches más populares de la carretera. La adopción generalizada de autobuses eléctricos podría reducir considerablemente la contaminación y ofrecer otras ventajas. Si la mitad de los autobuses escolares del país cambiaran del diésel a la electricidad, se podrían reducir unos 2,1 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año (incluso teniendo en cuenta las emisiones de la generación de electricidad).1 Esta tecnología de vehículos eléctricos también presenta una oportunidad única…
¿Una bicicleta en movimiento implica energía
Las compañías eléctricas de Estados Unidos están preparadas para ser una parte clave del impulso para cambiar los autobuses escolares estadounidenses del combustible diesel a la electricidad. Las inversiones federales y estatales, junto con otras oportunidades de financiación, prometen acelerar la transición, aportando beneficios sanitarios, climáticos y económicos a más comunidades del país.
Más allá de estos beneficios, las empresas de servicios públicos están explorando cómo los autobuses escolares eléctricos pueden funcionar como gigantescas baterías rodantes para apoyar la red eléctrica, permitiendo una mayor generación de electricidad renovable y proporcionando ayuda en caso de desastre, a través del uso de tecnologías de vehículo a red (V2G).
Como se muestra en el siguiente mapa, al menos 15 empresas de servicios públicos de 14 estados se han comprometido a poner en marcha programas piloto de V2G para autobuses escolares eléctricos, que permiten almacenar electricidad en las baterías de los autobuses y descargarla posteriormente en la red. La energía almacenada en las baterías de los autobuses puede ayudar a estabilizar las condiciones energéticas fluctuantes, aliviar la necesidad de poner en marcha fuentes de generación de energía adicionales al reducir las necesidades de energía en los picos y proporcionar energía de emergencia móvil a los refugios y otras instalaciones esenciales.
Transformación energética del coche de juguete
En 2021, los productos petrolíferos representaban alrededor del 90% del uso total de energía del sector del transporte en Estados Unidos. Los biocombustibles aportaron alrededor del 6%. El gas natural representaba alrededor del 4%, la mayor parte del cual se utilizaba en los compresores de las tuberías de gas natural. El uso de la electricidad por parte de los sistemas de transporte masivo supuso menos del 1% del uso total de energía del sector del transporte.1
La gasolina es el principal combustible para el transporte en Estados Unidos, seguido de los destilados (sobre todo el gasóleo) y el combustible para aviones. La gasolina incluye la gasolina de aviación y la gasolina de motor. La gasolina de motor terminada incluye la gasolina de petróleo y el etanol combustible. El etanol combustible incluye el etanol (un biocombustible) y los desnaturalizantes del petróleo. En cuanto al contenido energético, la gasolina de motor terminada representó el 58% del uso total de energía en el transporte de EE.UU. en 2021, mientras que los combustibles destilados, principalmente el diésel, representaron el 24%, y el combustible para aviones el 11%. En el gráfico anterior (Fuentes de energía para el transporte en EE.UU./combustibles, 2021), el contenido energético de la gasolina, los destilados y el combustible para aviones excluye el contenido energético de los biocombustibles mezclados con esos combustibles. El contenido energético de los biocombustibles excluye cualquier contenido de los combustibles derivados del petróleo, como los desnaturalizantes del etanol combustible.1