Música de estudio alegre
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La música puede tener un profundo efecto tanto en las emociones como en el cuerpo. La música más rápida puede hacer que te sientas más alerta y te concentres mejor. La música alegre puede hacer que te sientas más optimista y positivo sobre la vida. Un ritmo más lento puede aquietar la mente y relajar los músculos, haciendo que te sientas calmado mientras liberas el estrés del día. La música es eficaz para la relajación y la gestión del estrés.
Las investigaciones confirman estas experiencias personales con la música. Los hallazgos actuales indican que la música de alrededor de 60 pulsaciones por minuto puede hacer que el cerebro se sincronice con el ritmo provocando ondas cerebrales alfa (frecuencias de 8 a 14 hercios o ciclos por segundo). Esta onda cerebral alfa es la que está presente cuando estamos relajados y conscientes. Para inducir el sueño (una onda cerebral delta de 5 hercios), una persona puede necesitar dedicar al menos 45 minutos, en una posición relajada, escuchando música tranquilizadora. Investigadores de la Universidad de Stanford han afirmado que “escuchar música parece ser capaz de cambiar el funcionamiento del cerebro en la misma medida que los medicamentos”. Señalaron que la música es algo a lo que casi todo el mundo puede acceder y la convierte en una herramienta fácil para reducir el estrés.
Música de trabajo en Youtube
Según la técnica Pomodoro, se es más productivo cuando se trabaja en bloques, normalmente de 25 minutos, y luego se hace un descanso de cinco minutos. Pon esta música durante los primeros o los últimos cinco minutos de tus sprints de trabajo para subir tus niveles de energía.
Las montañas, los valles y los ríos no fueron suficientes para impedir que Tammi y Marvin se pusieran en contacto, así que ¿cuál es tu excusa? Hay vendedores dispuestos a meterse en un tanque de inmersión por una venta, así que coge el teléfono y empieza a llamar a tus clientes potenciales.
Música alegre para el trabajo
Puede ser muy difícil ponerse en marcha por la mañana. Todos tenemos nuestras propias maneras de levantarnos de la cama y prepararnos para el día en lugar de simplemente darle al snooze, pero una de las mejores maneras es tener una lista de reproducción que se corresponda con la cantidad de tiempo que tienes antes de tener que salir por la puerta.
Esta lista en particular dura un poco más de una hora, pero si tardas menos o más tiempo en prepararte, ¡no dudes en modificarla como quieras! Si te gusta esta lista de reproducción tal y como está, puedes encontrarla en Spotify aquí.
NO hay mejor manera de despertarse que fingir que eres Simba. Desde los años 2009-2012, mi alarma eran los primeros treinta segundos de esta canción, y os puedo asegurar que nunca he sido más feliz despertando. (¿Por qué ya no es mi alarma, os preguntaréis? Me da pereza comprar la canción en iTunes porque uso Spotify).
Todavía no he entendido por qué no es nuestro himno nacional, pero realmente me inspira a ser un mejor ciudadano cada vez que la escucho, y nada me pone más en marcha que mi extrema devoción por estos grandes 50 estados. Te quiero, América.
Música en el trabajo
La música no es sólo un medio de entretenimiento: también puede fomentar la creatividad y ayudarnos a ser más productivos. Escuchar música también puede ser terapéutico, ya que alivia la sensación de estrés y permite concentrarse mejor.
La investigación ha descubierto que ciertos tipos de música pueden ser beneficiosos para nosotros mientras trabajamos. Algunos tipos de música parecen ayudar al aprendizaje y mejorar nuestra capacidad de procesar la información. Otros tipos ayudan a bloquear el ruido de fondo que nos distrae. Y otros tipos se sincronizan con nuestras ondas cerebrales para inducir “momentos eureka”.
Los investigadores llevan mucho tiempo afirmando que escuchar música clásica puede ayudar a las personas a realizar tareas con mayor eficacia. Esta teoría, que se ha bautizado como “el efecto Mozart”, sugiere que escuchar a compositores clásicos puede potenciar la actividad cerebral y actuar como catalizador para mejorar la salud y el bienestar. Varios estudios han confirmado que escuchar música clásica aumenta la capacidad de manipular formas y resolver puzzles espaciales.
Se ha demostrado que escuchar los sonidos de la naturaleza, como el batir de las olas o el murmullo de un arroyo, mejora la función cognitiva y la concentración. Los sonidos de la naturaleza funcionan mejor cuando son relajantes, como el agua que fluye o la lluvia, mientras que los ruidos más fuertes, como el canto de los pájaros o los ruidos de los animales, pueden distraer.